a la playa los pasajes ,quien quiera ir llame pa mi casa ando con un celu se lo piden a mi vieja o si no voy a estar en el terminal a las diez (onda final de teleserie) besinis publicos bye..
Madre se daba cuenta rápido de que estaba despierto, quizá porque iba al baño.
Abría solo un poco la ventana.
Bien, ya tenía luz, la suficiente.
Ya veía el techo, a veces me sobraba con un punto en él.
Abría del todo los ojos y allí perdía mi mirada.
Qué tendrá el techo?.
No podía ni quería escapar del techo.
Y mi padre se lo dijo a un amigo como una de mis conductas más raras: “se pasa el día mirando el techo con los ojos muy abiertos”.
No tienes nada mejor ni más importante a hacer que mirar el puto techo.
Nada más puedes hacer.
Horas, horas.
Días, días.
Hace un año que no lo hago, y no estoy muy seguro de lo que pensaba, pero me atreveria a decir que los ojos abiertos en el techo eran actividad mental cero, que el peligro era cerrarlos y sí empezar a pensar, en nada bueno por cierto.
El techo, en todo caso, me producía el aislamiento que necesitaba.
Te ven así y cierran la puerta de la habitación, convencidos ya de que estás fatal.
El otro día estaba de guardia y lo hice. Estabas en Matrix, ahora ya no, esto es la vida real.
Eso tuvo un coste emocional para mí. Estoy enfermo, como tú. Me agotó proporcionarte la salida.
Me han relevado de la guardia. Llevaba más de un mes. Porque si sigo, el coste será demasiado caro. Recaeré. Y si enfermo, no podré ayudarte.
Seremos dos en episodio, antes sólo estabas tú, pero me habré desequilibrado y no habremos ganado nada.
Tengo un límite. Es emocional. Como el tuyo. TAB, enfermedad de las emociones. La empatía me hace daño. Mucho daño, ni te lo imaginas.
Sí, sabes de qué te hablo. Tu llanto es mi llanto. Yo te entiendo, sé cómo funciona tu mente, sé cómo te gobiernan las emociones, cómo se presentan y manifiestan a veces contradictorias, y no te soportas a ti mismo, y no hay grito posible entonces.
Tu mente grita y yo escucho el eco en la mía. Me destroza. No puedo.
Sabes qué hay que hacer. Llamar a tu psiquiatra. Si no está, llamar a urgencias. O ir allí con tu último informe y pauta. Es mejor que te vean en persona, te valorarán mucho mejor.
Tienes problemas graves, la vida real es un continuo problema y desafío. A ti se te ha juntado todo, y eso es un gran detonante para entrar en episodio. Y ahora lo estás, y lo sabes, ¿pero lo reconoces?
¿Qué puedo hacer yo? Me lo contarás y te desahogarás. Yo forzaré mi empatía, y quizá no pueda soportarlo, y quizá pierda mi salud mental.
Sabes qué hay que hacer. Acude a tu familia. A tus cercanos. A tus amigos. El mundo virtual te apoya, pero tu mundo real necesita de ayuda real.
Yo soy tan sólo un compañero de viaje, te ayudaré en la medida que pueda, y ésta es, por dura que parezca, conservar mi salud mental.
Si no tengo salud mental, no podré ayudarte, seré uno más en el pozo. Me costó mucho salir, no me metas por favor, sé que no quieres hacerlo. Y no dejarán que me caiga, hay otros de guardia ahora.
Me hiere no poder ayudarte, pero si el problema está en tu tratamiento, no soy nadie para modificarlo, ve al médico por favor. Quizá con media pastilla más o menos tu malestar se hará más liviano.
Me apena tu situación personal, pero no soy miembro de tu entorno y no puedo solucionarlo, ojalá pudiese, no está en mis manos, y a ti se te cae de las tuyas, y lo sé.
Y lloro, y siento impotencia, y me atraviesa sin piedad.
No me pidas una salida, no estás en Matrix, estás en la vida real.
Nadie nos dijo que fuese maravillosa, no suele parecérnosla una vez en tratamiento, pero es lo que hay. Antes estábamos enfermos, y se nos dijo que por fin conoceríamos la vida real.
Se fueron los colores y la intensidad, la vida parece gris y pagamos caro, carísimo, lo perdemos todo incluso, pagamos todo lo que hicimos cuando estábamos mal.
Coge al toro por los cuernos, como hiciste con la enfermedad. Si has salido de una Manía, creo que podrás salir de todo. Y reconstruirte.
Me amonestan porque no estoy en servicio sólo quería decirte que te acompaño espiritualmente, mentalmente, no puedo.
Podría, pero no me dejan. Recaería. No me dejan recaer.
Lucha por tu salud mental. Ataja todo lo que pueda dañarla. Sin dañar a terceros.
Déjate aconsejar por los que mejor te conocen. No temas molestarles, les necesitas y si te aprecian, y sé que es así, no te van a negar su mano. Porque tú harías lo mismo por ellos.
Ojalá pudiese darte la mía. No puedo, no debo, no me dejan.
Te duele el alma, y a mí también.
*** Para papulina. Saldrás, échale lo que hay que echar. te quiero y quero verte bien besini..
despertare dentro de tu sueño; si intento lo suficiente despertare dentro de tu sueño.
tengo tanto amor dentro que aveces tengo que vomitarlo.
Absentismo vital!
Suena un despertador.No, no es para mí.No estoy.Que no, que no estoy.Que no insistan, ya está decidido.No es una decisión, es un mandato de mi cuerpo.Hoy he decidido que no estoy en este mundo.La cama es mi burbuja. Me sumerjo en ella, aquí estoy a salvo.Tengo mucho sueño, desaparezco entre las tapas.Me echarán de menos en el trabajo.Me da igual, yo no estoy en este mundo,Soy invisible,Ellos tampoco me verán.Hoy he decidido que no existo.Que nadie pregunte por mí,No esperen que atienda al teléfono.Me llaman otra vez.Abro un ojo.Reconozco el número, llaman del trabajo.Mi jefe tampoco existe, no le he llamado, no podía hacerlo.Contesto, digo "fiebre", digo lo que sea.No estoy.Todo pasa,Mañana volveré al reino de los vivos.Es sólo un día, no es la primera vez y lo sé.El cuerpo pide desconectarDejar de trabajar la realidadDescansar mentalmenteNo puedes ignorarloDebes dar al cuerpo lo que te pideDesconexiónnada Esto ha llegado a sucederme, tal como lo cuento ahora.